Los calurosos días que abundaban durante el mes de febrero y el ruido de la ciudad, tomaron un receso durante algunos días, para un numeroso grupo de adultos y sus familias. El motivo fue sencillo: vivir las vacaciones del movimiento Comunión y Liberación, cuyo lema de esta edición fue “Donde la Dignidad se hace costumbre”.

Los paisajes naturales, situados en el Refugio Antillanca, en la Región de Los Lagos, fueron los escenarios propicios para reflexionar sobre el rol de la persona y la necesidad de promover la esperanza y el deseo de justicia, en un año marcado por las protestas y el estallido social en Chile.

Con iniciativas destinadas a toda la familia, se invitó a redescubrir el sentido por conocer el deseo y anhelo del otro. Para ello, se realizaron distintos encuentros, en que se abordaron las expresiones y testimonios de diferentes personalidades, las cuales conmovieron el corazón de muchos, y fueron llamados a hacer presente la dignidad de ser hijos de Dios en toda circunstancia.

En una semana verdaderamente intensa, esta experiencia se ha visto fortalecida por dos excursiones hacia los bellos paisajes volcánicos presentes en la zona. En cada paseo, hubo momento para contemplar la belleza y recordar los misterios de la creación.

En la vida de CL, las vacaciones son una gran ocasión educativa y misionera. En ellas, las distintas comunidades que conforman el movimiento (adultos y universitarios) se proponen a vivenciar gestos que son prolijamente preparados, y que ayudan a ver la profunda necesidad de estar acompañados y encarnar la comunión de Cristo en la actualidad.