Si realmente es cierta esta promesa, yo le doy la vida
El título de las vacaciones era “Nadie genera, si no es generado”. Mi primera impresión al leer esto fue: sí esto ya me lo sé, siempre lo decimos. Juicio sobre las vacaciones del CLU 2020Al llegar a las vacaciones del Clu tenía el deseo de que todo se volviera nuevamente una novedad, el estudio, la relación con mi polola, mis amistades, deseaba La gran novedad. Llegaba con la urgencia de vivir con seriedad cada cosa de la realidad, saborear en las vacaciones lo que deseo para la vida.
El titulo de las vacaciones era “Nadie genera, si no es generado”. Mi primera impresión al leer esto fue: sí esto ya me lo sé, siempre lo decimos. Pero con el paso de los días caí en la cuenta de que no sabía generar, todo lo que pretendo crear o construir solamente con mis manos se deshace, no dura. Al fijarme en esto, supe que no podía perderme nada, que tenía que ser disponible a todo lo que se me llamara. Con esto dando vueltas constantemente en mi cabeza descubrí una nueva amistad con uno de los mas grandes que estuvieron esos días con nosotros. Este hecho, la relación con este amigo grande evocó a un montón de descubrimientos, menciono dos de ellos.
Lo primero fue reconocer en él un padre, uno que genera, que vive intensamente su cotidianidad y también cada momento. Pegarme a él, mantenerlo cerca, fue una gracia enorme porque se me empezó a contagiar su forma de mirar, de escuchar y de confrontar la realidad -al menos un poco- y esto me hacía a mí más contento. En la relación con este amigo me daba cuenta que lo más importante para generar y sostener lo amado, la realidad, es que el Señor siga aconteciendo, sólo si acontece Él es posible una mirada humana y verdadera sobre la realidad.
El segundo descubrimiento fue ver a través de la vida de esta persona una promesa radical para mi vida, la promesa de una vida llena, de una vida plena, en donde es posible crecer y hacer todo lo que yo que deseo, sólo si me quedo, sólo si permanezco en relación con Cristo. Estaba muy agradecido, demasiado agradecido por esta promesa tan grande me conmovía muchísimo, me ardía dentro porque si es cierto, si realmente es cierta esta promesa, yo le doy la vida… esta era la certeza con la que terminaban mis vacaciones; si esta promesa que me hace el Señor es cierta, yo le doy la vida, porque no hay cosa mas grande que esta, no existe, entonces lo apuesto y lo dejo todo.