¿Quién es Karoline Mayer?
"Junto con mi novio, hemos sido impactados por el testimonio de Karoline", una religiosa misionera que llego a chile a fines de los años 60. Recordamos uno de los testimonios que fueron parte de las Vacaciones de Adultos 2020.Karoline Mayer vino a Chile en 1968, una época en que los sectores populares comenzaban a organizarse, había vientos de cambio que años después llegarían a generar una convulsión prácticamente irreconciliable, que provocaría el quiebre de la democracia en 1973. Estudió enfermería en la Universidad de Chile, en plena reforma, en 1969. Así comenzó su vinculación. Primero en los meses de verano, luego los fines de semana y finalmente, la oportunidad real de vivir en las comunidades. Su primera “misión” fue en “Areas Verdes”, sarcástico nombre para designar a una comunidad que fue producto de una ocupación de terrenos aledaños a un basural en la Comuna de Las Condes de Santiago.
En 1973, tras cinco años trabajando en las poblaciones más necesitadas de Santiago, la entonces monja fue expulsada de la congregación en Chile porque se la consideró “un problema” y la mandaron de vuelta a Alemania. Pero Karoline decidió salir de la congregación y regresar a Chile con la ayuda del Cardenal Silva Henriques, donde se encontró un país en dictadura. Durante esos años, Mayer participó en la Vicaría de la Solidaridad y siguió realizando todo tipo de trabajo comunitario, de ayuda a las familias, a las madres, a los niños, a los trabajadores, en relación a vivienda, salud, educación, trabajo y justicia.
En 1990 creo la Fundación Cristo Vive levantando escuelas de formación laboral, centros de salud, de rehabilitación de adicciones y para personas sin hogar por toda la ciudad. Treinta años después, cuenta con 450 trabajadores y 80 voluntarios y ha extendido su misión a Bolivia y Perú.
Junto con mi novio, hemos sido impactados por el testimonio de Karoline, nuestro primer encuentro fue hace seis años donde la entrevistamos para conocer más sobre su relación con el Cardenal Silva Henriques. En esta segunda oportunidad de hablar con ella lo pensamos para las vacaciones de familia cuyo el lema es:”Donde la dignidad se hace costumbre”, es inevitable pensar en alguien que entiende y abraza su dignidad y la de otros como es la hermana Karoline Mayer.
En nuestro reencuentro nos encontramos con una persona con los mismo principios y valores claros, con una certeza sobre su fe y el amor de Dios, con convicción sobre seguir con su obra e impulsar al máximo la Fundación, para ayudar y testimoniar a todos los que lo necesitan. Hablar con ella, leer su libro (El secreto siempre es el amor), en estos tiempos de conflictos sociales, de levantamientos de nuevos movimientos, de búsqueda de una dignidad, su experiencia es un camino para abordarlo desde una perspectiva cristiana pero nunca perdiendo el sentido de justicia social.