Alguien a quien seguir
Invitación a la lectura. Testimonio sobre la lectura del libro "Don Gius. Luigi Giussani, una vida apasionante" de Carmen Giussani, Prólogo de Davide Rondoni.El modo que Cristo se ha hecho experiencia en la vida de algunos me exige pensar en cómo deseo vivir cada aspecto de mi vida, en cómo deseo estar verdaderamente presente en mi vida. Leyendo y mirando el libro "Don Giuss" de Carmen Giussani aflora en mí el deseo y la necesidad de seguir a alguien.
Recorrer las páginas de éste no muy extenso libro es una invitación a tomar en serio todos los aspectos de la vida: la afectividad, la amistad, la entrega, la paternidad, pero sobre todo ha suscitado en mí el deseo de ser hijo, de seguir a otro. Este libro demuestra carnalmente, con hechos, cómo Cristo acompaña en todos los aspectos de la vida.
La manera en que Don Giuss conduce, corrigiendo muchas veces, el deseo, justo, de tantos jóvenes y adultos que buscaban un sentido de vida y de cada cosa que viven hacia Cristo me ha impactado directamente porque provoca precisamente la razonabilidad de la Fe y de cada corazón. Cuento 2 testimonios que me han conmovido y me han invitado a hacer un juicio sobre mí mismo.
El primero es de Guliana Contini que comienza relatando una asamblea del grupo adulto donde ella está conmovida ante el salmo 63 “A ti se estrecha mi alma, y la fuerza de tu diestra me sostiene” y afirma “Yo también, por encima de cualquier cosa, deseo estrecharme más a Dios” (p.55). Don Giuss, la detiene en seco, “y dando un puñetazo enérgico en la mesa, precisa: “¡Pero Dios es Jesucristo!”” (p.54 y 55). Leyendo esto, no dejo de pensar que estar cercano a la persona de Cristo de manera objetiva es un deseo que yo también tengo cada vez más vivo y sé que se cumple en la compañía de Su Iglesia, quiero decir, que seguir a un amigo es la manera de estrecharme más a Cristo y poner en Sus manos todo lo que vivo, de poner frente a Sus ojos el sufrimiento, el dolor, mi afectividad, el deseo de cuidar a mi familia y también de compartir con el mundo la belleza de la fe que vivo día a día. Es más, no es tan sólo el deseo de seguir a otro, sino que se vuelve una necesidad caminar siguiendo las huellas de Cristo, caminar siguiendo a otros que Lo encontrado antes que yo, y que con su fe certera corrigen mi rumbo.
El segundo testimonio es el de Tino Bonaiti, un hombre casado que teniendo presente su deseo paternidad, y mirando con dolor la esterilidad junto a su esposa, le comenta a don Giuss el deseo que tienen de adoptar a un niño. Sin embargo, él los mira “con esa mirada intensa y profunda y dice: “No. Es mejor que no adoptéis, porque estais demasiado replegados sobre vosotros mismos a causa de vuestro dolor por la esterilidad. Y no se adopta a un niño para llenar un vacío, sino porque se experimenta una plenitud de vida que se desea comunicar a otros. Empezad a ser padres y madres de las personas que Dios pone en vuestro camino. (…)””. Estas palabras de Don Giuss me impactaron enormemente, y me conmovieron también, porque provoca a este matrimonio a entrar en las razones de la paternidad, y también en las razones de su sí frente al altar. Pero esto no lo hacen solos, sino que han tenido que poner este dolor y su deseo bueno en las manos de don Giuss, y él los introduce a hacer un camino con un criterio superior al de la emotividad. Además, estando casado hace poco tiempo, me invita a profundizar en qué significa la paternidad para yo también hacer un camino que me lleve a tener “un corazón más libre y ensanchado” (p. 89).
Leer este libro y compararlo con mi propia experiencia me ha acompañado en estos días. También me ha acompañado haciendo juicio de lo que mis amigos me confían, teniendo presente como Don Giuss conduce la mirada siempre al amor de Cristo y a su Iglesia.
Esta no es solo una bonita historia de un sacerdote carismático o del fundador del movimiento Comunión y Liberación, sino que es el testimonio de un hombre cercano a Cristo y que el Espíritu Santo a través de él ha conducido a tantos a la Belleza que salva el mundo hoy.
Bayron Gárate